Colombia
Alí Guerrero, locutor de La Reina Barranquilla, contó que el artista insistió en grabar una canción que, en su momento, muchos consideraban poco comercial.
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Creativa Digital
Cada 31 de marzo, los amantes del vallenato recuerdan el natalicio de Jorge Oñate, el legendario "Jilguero de América". Este 2025 habría cumplido 76 años, dejando tras de sí un legado de música y anécdotas que perduran en el tiempo.
Una de estas historias fue compartida por el locutor Alí Guerrero, de La Reina del Vallenato, quien reveló cómo Oñate insistió en grabar una canción que, en su momento, muchos consideraban poco comercial: 'La Pisinga'.
Jorge Oñate tenía tres años queriendo grabar "La Pizinga", una canción pensada para las festividades de Carnaval y fin de año. Sin embargo, Alí Guerrero, quien seguía de cerca su carrera, le sugería que no lo hiciera, pues no la consideraba comercial ni con potencial para pegar en la radio. Pero Oñate, fiel a su instinto musical, decidió grabarla de todos modos.
Cuando el tema salió al aire, Guerrero optó por no programarlo en La Reina 98.6, manteniendo su postura inicial sobre la canción. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa.
Un sábado por la tarde, mientras Guerrero organizaba la programación del fin de semana, recibió una llamada inesperada desde la Biblioteca Nacional de Colombia. Era su compadre Jorge Oñate.
Con tono curioso, el cantante le contó que llevaba más de una hora buscando una canción de Silvestre Dangond llamada 'El Tao Tao'. No la había encontrado en ningún lado, pero, en cambio, para su sorpresa, 'La Pisinga' sí estaba en el archivo de la Biblioteca Nacional. Entonces, Oñate le preguntó a Guerrero con picardía: "Compadre, ¿y por qué no me pone 'La Pisinga'?"
La pisinga es un ave silvestre similar al pato, muy apreciada por su carne en las regiones ribereñas. Este título, que podría parecer peculiar para una canción, refleja el espíritu festivo y auténtico del folclore vallenato.
Y aunque en su momento la canción no fue vista como un éxito comercial, con el tiempo se convirtió en una de esas joyas inesperadas dentro del repertorio de Oñate.