Colombia
El jugador marcó una importante carrera en el Junior de Barranquilla.
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Creativa Digital
El mundo del fútbol está de luto tras la partida de Juan Ramón "La Bruja" Verón, ícono de Estudiantes de La Plata y figura clave en la historia del Junior de Barranquilla. El exjugador y técnico argentino falleció este 27 de mayo de 2025 a los 81 años, dejando un legado imborrable en el deporte sudamericano. Su talento, visión de juego y liderazgo marcaron una época dorada en los clubes donde militó, convirtiéndolo en una referencia indiscutible.
Verón, nacido en La Plata, Argentina, fue pieza fundamental en la conquista de títulos históricos, incluyendo tres Copas Libertadores y una Copa Intercontinental con Estudiantes. Además, su paso por el fútbol colombiano lo convirtió en un ídolo de Junior, donde fue campeón en 1977 y dejó una huella imborrable en la afición barranquillera.
Juan Ramón Verón debutó en Estudiantes de La Plata en la década de 1960, consolidándose como uno de los jugadores más destacados de su generación. Su habilidad técnica y capacidad goleadora lo llevaron a ser protagonista en la conquista de la Copa Libertadores de 1968, 1969 y 1970, así como en la histórica victoria ante el Manchester United en la Copa Intercontinental de 1968.
Su legado trascendió fronteras, y en 1976 llegó al fútbol colombiano para vestir la camiseta del Junior de Barranquilla. En 1977, no solo fue jugador, sino también técnico del equipo, logrando el primer título de liga para el club. Su impacto en Junior fue tan significativo que su nombre quedó grabado en la historia del equipo como uno de sus máximos referentes.
Verón aterrizó en Barranquilla gracias a las recomendaciones de viejos amigos y colegas de Estudiantes. Apenas puso un pie en la ciudad, se sintió como en casa. El clima, la calidez de la gente y el estilo de juego lo atraparon de inmediato. “Llegué y enseguida debuté. Jugamos contra Cúcuta Deportivo y ganamos”, contaba con una sonrisa. Así comenzó su historia con Junior, sin pausas y sin excusas.
Su impacto fue inmediato. En poco tiempo se convirtió en referente dentro y fuera del campo. Su visión, pegada y capacidad para conectar con sus compañeros lo convirtieron en ídolo. No era solo un extranjero más: era un líder que entendía lo que significaba vestir la camiseta rojiblanca.