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“La Junta es un bello pueblo a donde nació Diomedes, donde to’ el mundo lo quiere y me aclaman cuando llego”. De esta manera ‘El Cacique de La Junta’, describió a ese corregimiento de San Juan del Cesar, La Guajira, que hoy es visitado con frecuencia en busca de sus historias y principalmente por la atractiva escultura que fue instalada en el parque principal el martes cinco de abril de 2022.
Diomedes siempre respaldó el amor a su pueblo a través de versos y canciones. “El 26 del mes de mayo, nació un niñito en el año 57, y acá en La Junta fue bautizado y hoy se conoce con el nombre de Diomedes”. Es así como en esa población los días giran alrededor del artista que se despidió de la vida el domingo 22 de diciembre de 2013.
De igual manera, el hecho de instalar una inmensa escultura llamó la atención, pero desde hace algún tiempo esta presenta fisuras en diferentes partes, con visible deterioro requiriendo un rápido mantenimiento. En este sentido, se producen críticas de los miles de visitantes que llegan a admirar la obra.
Cuando en Valledupar se instaló el 26 de mayo de 2017 la escultura de Diomedes Díaz, los habitantes de La Junta, La Guajira, pidieron la suya. Se les cumplió el deseo y está ubicada en el amplio parque de ‘El Cacique’.
El hijo de Rafael María Díaz y Elvira Maestre, quien se ganaba la vida de la manera más humilde, logró en 40 años de vida artística ser ídolo del vallenato, alcanzando los máximos honores. Es así como en cada una de las casas de ese bello pueblo, se habla de sus proezas en el folclor y lo mucho que quiso a su terruño. “Diomedes demostró que con esfuerzo, dedicación y pasión se logra llegar bien lejos. A pesar de las constantes críticas, le apostó a ser cantante y compositor, sabiendo ganar”, señaló Juan Pablo Hinojosa.
Al consultarle al escultor John Peñaloza, quien al lado de su colega Misael Martínez, son los que hicieron esa gigante obra que pesa más de una tonelada y está hecha en resina epóxica, reforzada con su estructura metálica interna, acabados en color bronce, y cuyo costo final fue de 50 millones de pesos, señaló. “La propuesta se cristalizó gracias al impulso del periodista J.J. Daza, siendo liderada por el exalcalde de San Juan del Cesar, Luis Manuel Daza, ambos fallecidos”.
Continuó con su explicación. “Tiempo después se entregó la escultura. Pienso que ahora los motivos del deterioro, además de los años porque fue hecha en el 2014, es no hacerse el transporte y montaje de la mejor manera, el cual no estuvo a nuestro cargo. Sobre el valor de su restauración se tendría que ir al parque para inspeccionar la escultura e indicar los pasos a seguir”, expresó John Peñaloza.
Los fines de semana parecen días de fiesta en La Junta, por la romería de visitantes que llegan con el ánimo de conocer en las entrañas de ese lugar, todo sobre la vida y obra musical de Diomedes Díaz. Precisamente a 50 metros de la escultura vive Rosa Elvira Díaz, la hija mayor de Diomedes, quien al lado de su señora madre Bertha Rosario Mejía Acosta, se la pasan contando sin cansarse una serie de llamativas historias.
“A La Junta llegan a cantar, versear, rezar y todos reconocen la grandeza de mi papá. En los carros no dejan de sonar su música. Es así como las serenatas nunca faltan a cualquier hora del día. Al lado de mi mamá los atendemos y hablamos de su vida, esa parte que no aparece en las canciones”, comienza diciendo Rosa Elvira Díaz.
Entonces llena de esa nostalgia que se reflejó en sus ojos, indicó. “Mi papá se esmeró por cantar sus experiencias vividas que todos tomaban como suyas. Su fanaticada es la más fiel y al lado de nosotros sus hijos, se encarga de mantener vivo ese inmenso legado que cada día se multiplica”.
Entrando en el plano personal, acotó. “La última vez que lo ví me regaló un te amo, y un beso en la frente. Como siempre me aconsejaba no dejarme vencer por las dificultades porque se podían superar. Yo me alegraba al estar a su lado porque le dí el título de ser papá por primera vez, cuando contaba con 18 años”.
En aquel pueblo donde el agua escasea, pero las canciones de Diomedes nunca escampan, se pide arreglar la escultura. “Debido al paso del tiempo se ha venido deteriorando y pedimos se intervenga lo antes posible. Diomedes es la máxima gloria de esta tierra y no pueden descuidarse de esa manera, teniendo su recuerdo a través de esa escultura”, indicó Bertha Rosario Mejía Acosta, la mujer que puso a Diomedes Díaz a estrenar sus ganas de amar. Él la conquistó y ella le abrió su corazón bajo el manto oscuro de la noche donde un verso flotaba lleno de emoción.
A la hora de partir del pueblo en la última tienda después del lugar donde se ubica la Virgen del Carmen en su pedestal, y de haber pasado un pertinaz aguacero, sonaba la canción donde él contó algunos detalles de su vida. “Cuando Diomedes canta, la gente dice que yo vivo contento. Cuando Diomedes llora, la gente dice que yo soy un llorón. Entonces que es lo que quieren, cuál es la vaina conmigo, dejen que el pobre Diomedes, ay viva su vida tranquilo”. Esas eran las vainas de Diomedes porque que no hay chorro que no termine en gota, y con dinero no hay hombre viejo, ni feo.
Tampoco había lugar a más letras porque la vida desde La Junta, está enmarcada en cortos momentos, haciendo posible que las añoranzas se posen en el corazón y el alma aplauda. Además, que la esperanza sobreviva escondida en el largo camino del adiós.
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