Colombia
En conversación con Jorge Cura, el artista vallenato habló sobre la figura del Cacique y explicó por qué no se siente cómodo con las comparaciones.
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Creativa Digital
En entrevista con el periodista Jorge Cura, el cantante Silvestre Dangond se refirió a la figura de Diomedes Díaz dentro de la música vallenata. Durante la conversación, Dangond destacó el legado del llamado “Cacique de La Junta” y la influencia que ha tenido en su carrera y en el género vallenato en general.
Silvestre afirmó que hablar de Diomedes siempre lo deja sin palabras, y que lo considera el “ejemplo más grande” que ha tenido la música vallenata. A su juicio, Díaz representa un fenómeno natural en la historia del género, y es una figura que no tiene comparación.
Frente a la pregunta sobre si se siente el nuevo Diomedes, Silvestre fue enfático en rechazar las comparaciones. Dijo que no es amante de este tipo de asociaciones porque, en su opinión, quienes comparan lo hacen desde la insatisfacción. Para él, cuando alguien está complacido con lo que escucha, simplemente lo disfruta sin buscar similitudes con otros artistas.
Dangond aseguró que esas comparaciones le resultan incómodas, especialmente porque siente que Diomedes es “incomparable”. Señaló que en redes sociales suelen generarse debates que él prefiere evitar, pues considera que nunca podría superar al artista guajiro, ni en ventas ni en popularidad, ya que Diomedes dejó una raíz que trasciende generaciones.
En su reflexión, Silvestre explicó que lo que hizo Diomedes Díaz va más allá del éxito comercial. Afirmó que su legado tiene un valor simbólico profundo, porque sembró una raíz cultural que hoy se respeta, se valora y se transmite. Según él, esa conexión emocional que creó el Cacique con su público es lo que lo convierte en una figura perdurable.
Silvestre también contó que en ocasiones ha sentido la necesidad de intervenir cuando ve comparaciones en redes, pero prefiere no hacerlo para evitar malentendidos. Reiteró que no existe intención de su parte en igualarse a Diomedes, porque reconoce su dimensión como ícono musical, cuya huella sigue presente en las nuevas generaciones del vallenato.