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Descubre la inspiradora historia de Luifer Cuello, quien superó la escasez con ingenio y siguió el ejemplo de una madre luchadora para triunfar en el vallenato.
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Creativo Digital

La historia de los grandes exponentes del vallenato suele estar marcada por la superación, y Luifer Cuello no es la excepción. Detrás del artista que revolucionó el género con la "Nueva Ola", existe un relato de lucha y creatividad nacido en el corazón de Valledupar. Su trayectoria demuestra que, cuando el talento se mezcla con la determinación heredada del hogar, las carencias económicas se convierten en un motor para salir adelante.
Recordar sus inicios es una lección de vida para todas las familias trabajadoras. Luifer es la prueba de que no se necesitan lujos para empezar a construir un sueño, sino la voluntad inquebrantable de "resolver" ante las dificultades, tal como lo aprendió de su madre.
En un entorno donde se respira música las 24 horas, el deseo de tocar un instrumento era inmenso, pero la situación económica de su familia no permitía comprar equipos profesionales. Lejos de rendirse, Luifer agudizó su ingenio infantil para practicar. Aprendió a tocar la caja vallenata utilizando el balde que su madre usaba para trapear y sustituyó la guacharaca por un rallador de queso o de aluminio.
Esa "necedad" de niño, canalizada a través de utensilios caseros, fue su primera escuela musical. Mientras otros tenían instrumentos reales, él sacaba ritmo a lo que tenía a la mano, demostrando que la pasión por el folclore se lleva en la sangre y no depende de la marca del instrumento.
El carácter emprendedor de Luifer proviene directamente del ejemplo de su madre. Él la recuerda con admiración por su capacidad para ganarse la vida y buscar soluciones donde otros veían problemas. Una anécdota que lo marcó fue el negocio que ella montó con cajas vacías de electrodomésticos para aparentar que tenía mercancía; cuando un cliente pedía algo, ella corría a conseguirlo en otro lugar para no perder la venta.
Esta mentalidad de trabajo se reflejó en la juventud del artista. Aunque académico no fue el mejor —llegando a perder el grado décimo tres veces—, siempre fue trabajador. Desde muy joven, salía a cantar por sumas modestas para ayudar en la casa y costear sus propios gastos, prefiriendo la responsabilidad del trabajo duro sobre el estudio formal.
El éxito de Luifer Cuello no fue un golpe de suerte, sino el resultado de insistir y persistir a pesar de las adversidades. Su vida nos enseña que el origen humilde y la falta de recursos no son excusas, sino oportunidades para demostrar de qué estamos hechos.