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El artista guajiro compartió detalles de su trayectoria, desde sus primeros concursos de canto hasta su paso como corista de grandes figuras del vallenato.
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Creativa Digital
Con una sonrisa y mucho agradecimiento, Iván Alejandro llegó al set de La Parranda de Oro Podcast para hablar sobre sus raíces, su proceso musical y el camino que lo llevó a convertirse en uno de los nuevos talentos que más suena en la escena vallenata. Junto a su acordeonero Alejandro Páez, el cantante celebró el reciente reconocimiento como Mejor Agrupación y Mejor Acordeonero en el Festival Francisco el Hombre, un logro que confirma el talento de esta nueva generación del folclor.
Entre anécdotas, risas y canciones, Iván recordó cómo un DVD de karaoke, que ganó en una carrera de bicicletas en su natal Pivijay, Magdalena, marcó el inicio de su historia musical. Sin imaginarlo, ese pequeño premio se convirtió en la puerta que lo conectó con su verdadera pasión: cantar.
En medio de la charla, el artista recordó con emoción cómo descubrió su talento por casualidad. “Ese DVD traía canciones de Los Inquietos y Los Diablitos. Empecé a cantar por diversión y una prima me dijo que lo hacía bien. Me llevó a un concurso y gané el primer puesto. Desde ahí supe que quería dedicarme a esto”, contó Iván entre risas.
A partir de ese momento, su voz empezó a abrirse camino en diferentes festivales de canto y academias musicales. Más tarde se trasladó a Riohacha, donde perfeccionó su técnica y se formó profesionalmente hasta convertirse en licenciado en Arte, Folclor y Cultura con énfasis en música.
Antes de lanzarse como solista, Iván Alejandro fue corista de reconocidos artistas como Rafael de Jesús Díaz, Luifer Cuello, Fello Zabaleta y Jesu Romero, entre otros. Esa experiencia, según cuenta, fue clave para su crecimiento musical. “Ser corista me enseñó mucho sobre afinación, tonalidad y técnica vocal. Aprendí de cada artista con el que trabajé, y eso me ayudó a encontrar mi propio estilo”, explicó.
Sin embargo, aunque disfrutaba su rol, Iván sintió que era momento de seguir su propio camino. “Amé ser corista, pero uno también tiene sueños. Dios me dio este talento y yo tenía que llevarlo hasta donde Él lo permita. No hay límites cuando se trabaja con fe y disciplina”, aseguró durante la entrevista.
Hoy, Iván Alejandro es un ejemplo de perseverancia dentro del género vallenato. Con una historia llena de esfuerzo, el cantante reconoce que ser solista no ha sido fácil, pero que su convicción lo mantiene firme. “La carrera no es sencilla, pero el peor error sería no intentarlo. Si algo aprendí de mis ídolos es que la constancia siempre vence al miedo”, expresó.
El artista también destacó que muchos grandes del vallenato iniciaron como él: Jorge Celedón, Nelson Velásquez y Álex Manga fueron coristas antes de alcanzar la fama. “Eso demuestra que todos empezamos desde abajo. Lo importante es no dejar de soñar”, añadió Iván, quien continúa trabajando en nueva música y preparándose para los escenarios donde el público podrá conocer más de su voz y su historia.