Colombia
La controvertida artista hizo referencia a una vieja polémica durante su presentación en el Festival Vallenato
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Por: Equipo de redacción
Ana del Castillo, reconocida por su desparpajo y extravagancia, subió una máquina topadora a su reciente presentación del Festival Vallenato de Valledupar. Desde allí, la 'bomba sexi del vallenato' le envió 7500 'catapilas' de amor al artista homenajeado del certamen, Iván Villazón.
Quienes entendieron la referencia se rieron y mostraron alegría por la saludable relación que los dos colegas sostienen en la actualidad. Sin embargo, para el resto del país puede no ser tan clara la referencia que hizo la cantante durante su concierto. A continuación, una explicación al respecto.
En 2018, cuando Ana tenía 19 años y llevaba dos de carrera musical, fue invitada por Iván Villazón para colaborar en la canción 'Pero qué va', que hasta la fecha lleva 11 millones de vistas en la plataforma YouTube.
La polémica comenzó un año después, cuando el vallenatero consolidado tocó en una discoteca, de Barranquilla. Para entonces, ella se estaba recuperando de una cirugía estética; pero asistió al concierto de todas formas y esperaba ser llamada al escenario para cantar la colaboración con él. Sin embargo, según la versión de ella, Villazón pasó completamente de Ana y aseguró que estaba "inhabilitada" para cantar.
Inmediatamente después de lo sucedido, con varios tragos en la cabeza, la cantante transmitió en directo a través de su cuenta de Instagram para dar la versión de lo sucedido. Allí cuestionó haberla invitado a colaborar en la canción para después pasar de ella y soltó, literalmente, 'tres mil veces una catapila' —una transcripción fonética de la marca de maquinaria amarilla Caterpillar, usada en la costa colombiana para referirse a una enorme cantidad de algo— de improperios contra Villazón.
Su posterior guayabo estuvo acompañado de varios cuestionamientos de los fans, la prensa y otros colegas, que no consideraban que el manejo de la situación fuera el mejor. Sin embargo, ella insistió en que su colega siguiera "contando las catapilas que se va a comer" y destacó que ella era una artista por propio derecho.
Dos días después del incidente, Ana del Castillo publicó en sus historias de Instagram que el video había sido "un hecho desafortunado" en el que usó las palabras incorrectas. Además, ofreció excusas públicas a sus seguidores y al propio Villazón.
Tres años después del escándalo y con una pandemia de por medio, Iván Villazón se presentó en el Carnaval de Barranquilla de 2022. Al terminar su concierto, invitó a Ana del Castillo a su camerino para conversar.
La 'bomba sexi del vallenato' aprovechó la oportunidad para reconocer que es impulsiva e inmadura en ocasiones y, acto seguido, disculparse personalmente por el incidente. "Ahora le doy unas catapilas de amor", aseguró. Villazón, por su parte, le aseguró que el incidente ya no tenía importancia.
Recientemente, en pleno Festival Vallenato y a bordo de la cuchilla de la topadora, Ana del Castillo cumplió su promesa de entregarle dichas catapilas de amor. ¿Será este el final de la historia?