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El cabello mojado es más frágil y susceptible a daños, por lo que es importante secarlo correctamente para evitar roturas y puntas abiertas. Hay muchas maneras diferentes de secar el cabello, pero algunas técnicas son mejores que otras.
En este artículo, discutiremos la forma correcta de secar el cabello, con énfasis en cómo usar (o no usar) una toalla. También proporcionaremos algunos consejos adicionales para mantener tu cabello saludable y hermoso.
Si vas a usar una toalla para secar el cabello, es importante hacerlo con la técnica y el material adecuados. Evita usar toallas de algodón para secar tu cabello; en su lugar, busca toallas de microfibra. Si no quieres comprar una especial para el cabello (que vienen con un botón y un ojal para ajustarla a la cabeza), puedes encontrarlas a buen precio en tiendas deportivas; son las mismas que se usan para secar el sudor.
No frotes el cabello vigorosamente, ya que esto puede dañar las cutículas y causar quiebres. En su lugar, envuelve el cabello en la toalla y déjalo reposar durante unos minutos. Si no estás usando una toalla con botón, evita estrujar o anudar el cabello con ella. Tampoco dejes la toalla en la cabeza demasiado tiempo; esto es especialmente importante si tiendes a sufrir de caspa.
Una vez que el cabello haya absorbido la mayor parte de la humedad, puedes usar un secador de pelo para terminar de secarlo. Asegúrate de usar un secador de pelo a baja temperatura y mantenlo a una distancia segura de tu cabello. Un buen consejo también es usar un termoprotector: hay de todas las gamas y puedes comprar uno desde 13 mil pesos colombianos.
Si quieres evitar el daño causado por las toallas, puedes dejar secar el cabello al aire libre. Esta es una excelente opción para los días cálidos y húmedos.
Si no tienes tiempo para secar el cabello al aire libre, si te lavas el cabello de noche o si vives en una ciudad muy fría y no le tienes fe al clima de ese día, puedes usar un secador con un difusor. Este es un accesorio que ayuda a distribuir el calor de manera uniforme y a evitar el encrespamiento.
Ten en cuenta que, si tu cabello ya trae daño por procesos como decoloraciones, planchas o keratinas, es mucho más poroso, retiene más agua y será más difícil secarlo. Ten eso en cuenta a la hora de separar tiempo en tu agenda para lavar y secar tu cabellera.
No te laves el cabello todos los días. Lavarte el cabello con demasiada frecuencia puede eliminar los aceites naturales de tu cabello, lo que puede hacer que se seque y se dañe. Entre menos lo mojes sin necesidad, mejor.
Usa un champú y acondicionador acordes con tu producción de aceite. Si no tienes el cabello tan grasoso, los champús y acondicionadores fuertes pueden dañarlo. Recuerda que un cabello dañado, además de tener un mal aspecto, se demora más en secar.
No cepilles ni amarres el cabello cuando esté mojado, ya que el cabello mojado es más frágil y susceptible a roturas. Procura nunca irte a la cama con el cabello mojado: además de debilitarlo, traerás humedad indeseada a tu cama y riesgos para tu salud.
Protege tu cabello del sol, el viento y el agua salada o con cloro. Estos agentes también pueden hacerlo más poroso. Protégelo con termoprotectores, sombreros, peinados y un gorro de baño impermeable y bien ajustado a la cabeza.