Colombia
La capital del Atlántico vivió una noche histórica el pasado sábado 20 de septiembre, cuando el Metropolitano recibió a dos íconos del vallenato en un espectáculo sin precedentes.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
El estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla fue el escenario de un evento musical sin precedentes el sábado 20 de septiembre. Silvestre Dangond y Juancho de la Espriella, dos leyendas del vallenato, reunieron a más de 46,000 espectadores en el marco de su gira El último baile. Este concierto representó el reencuentro definitivo de la dupla tras años de separación, consolidando su legado en la música colombiana.
La expectativa era alta, no solo por la calidad artística, sino también por el significado emocional para sus seguidores, quienes colmaron las localidades horas antes del inicio del espectáculo. El evento fue catalogado como un hito para el vallenato, ya que por primera vez un artista del género agotó la totalidad de las boletas en el Metropolitano.
La producción incluyó tecnología de punta, efectos visuales y un repertorio que abarcó los éxitos más emblemáticos de la dupla, desde "La colegiala" hasta "El último baile". La noche estuvo cargada de nostalgia, energía y celebración, reflejando la conexión única entre los artistas y su público .
La noche contó con la participación de artistas nacionales e internacionales que elevaron la energía del espectáculo. El puertorriqueño Tito El Bambino y el venezolano Nacho se sumaron al escenario, para interpretar canciones como "Mi cama huele a ti" y "Materialista". Además, la reina del Carnaval de Barranquilla 2026, Michelle Char Fernández, hizo una aparición sorpresa con una pollera roja y sus mejores pasos de baile.
Los acordeoneros José Juan Camilo Guerra Morocho y Rubén Lanao Jr. también se unieron a la dupla para interpretar clásicos como "Me la juego toda" y "La mentira". El homenaje a Kaleth Morales con "Todo de cabeza" —tema que el fallecido cantante compuso originalmente para Silvestre, pero cuyo demo ganó una popularidad insuperable— fue uno de los momentos más emotivos, acompañado de proyecciones visuales que recordaron la trayectoria y legado del artista.
El estadio Metropolitano registró un aforo completo, con todas las localidades agotadas semanas antes del evento. Los silvestristas llegaron desde las 3:00 p.m. para asegurar su ubicación, con camisetas y accesorios rojos que tiñeron el escenario del color distintivo.
La organización había habilitado sectores familiares para menores de 12 años, pero la mayoría de las áreas estuvieron ocupadas por adultos, cumpliendo con las políticas de edad mínima establecidas. Las tribunas Occidental Baja Familiar y Oriental Baja Familiar fueron las únicas autorizadas para menores, mientras que el resto de las localidades estaban restringidas a mayores de 18 años.
Este éxito en convocatoria superó las expectativas iniciales, especialmente tras el concierto que Silvestre convocó en 2023 para promover Ta malo, su penúltimo álbum.
La emoción dominó a Silvestre Dangond tras ver el estadio repleto. Entre lágrimas, expresó su gratitud a Barranquilla por cumplir su sueño de llenar el Metropolitano, describiendo el momento como un resarcimiento mutuo. Acompañado de Juancho de la Espriella, dedicó palabras de agradecimiento a su fanaticada y reconoció el apoyo incondicional de la ciudad que lo catapultó a la fama nacional.
El artista interpretó temas como "Volvamos a ser novios", en homenaje a Omar Geles, y "El buitre", dedicado a Poncho Zuleta. "Me puedo morir tranquilo, esto apenas comienza", dijo en este momento de gran emoción y conexión indiscutible con el público.
El concierto de Silvestre Dangond y Juancho de la Espriella en Barranquilla marcó un antes y después en la historia del vallenato contemporáneo. No solo por el récord de asistencia, sino por la reafirmación de una dupla que trasciende generaciones con su música. El evento cerró con broche de oro a las 2:00 a.m., después de más de cinco horas de repertorio, invitados sorpresa y emociones compartidas.
Este concierto refuerza el legado de Silvestre y Juancho como pilares del género, dejando claro que su influencia perdura más allá de las tendencias. Barranquilla, una vez más, se consolida como la capital cultural del Caribe colombiano, capaz de albergar espectáculos de talla mundial con el sello auténtico del vallenato.