Colombia
Desde la pandemia, su unión ha despertado emociones en el público, logrando que clásicos y canciones inéditas se conviertan en éxitos virales.
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Creativa Digital
La unión de estos dos jóvenes artistas está marcando un nuevo capítulo en la historia del vallenato. Con talento, disciplina y una mezcla entre tradición y modernidad, Oscar Gamarra y Camilo Carvajal están conquistando escenarios y corazones.
Desde sus inicios, ambos han demostrado que su pasión por la música no es pasajera, sino el resultado de años de formación, sacrificios y amor por el folclor. Hoy, con un estilo que combina el vallenato clásico y el toque contemporáneo, se consolidan como una de las promesas más fuertes del género.
Oscar Gamarra descubrió su amor por el canto desde muy niño, inspirado por su familia paterna y rodeado de los grandes ídolos del vallenato como Diomedes Díaz, Poncho Zuleta y Rafael Orozco. A los cinco años ya cantaba en reuniones familiares, y con el tiempo aprendió a tocar acordeón, convirtiéndose en una voz líder en eventos escolares y concursos regionales.
Por su parte, Camilo Carvajal nació en Valledupar y creció en la reconocida escuela del maestro Turco Gil, formando parte de la agrupación Los Niños del Vallenato, con la que viajó por el mundo y participó en importantes festivales. Gracias a esta experiencia, logró convertirse en rey de más de 30 concursos y consolidar una base musical sólida que hoy enriquece la dupla con Óscar.
El destino los juntó en uno de los momentos más difíciles: la pandemia. Allí grabaron un DVD en vivo que se viralizó rápidamente, gracias a la interpretación de clásicos como Páginas de Oro. La química entre ambos fue tan evidente que el público empezó a pedir su unión formal, y así nació la agrupación que hoy resuena en todo el país.
A partir de ese momento, Óscar Gamarra y Camilo Carvajal no han dejado de producir música. Con sencillos como Nadie Igual que Tú y El Modelo —compuesta por el maestro Yeyo Núñez— demostraron que el vallenato inédito aún tiene la fuerza para cautivar multitudes. Su propuesta mezcla lo parrandero con lo romántico, lo clásico con lo moderno, logrando un sonido fresco que atrae tanto a las nuevas generaciones como a los amantes de la vieja escuela.